Es el color del misterio, la trascendencia y el más allá.
Pero algunos autores también lo relacionan con la sumisión y la obediencia.
En general se interpreta como un sueño en el que se intuye un crecimiento interior, un aumento de la sensibilidad hacía los asuntos místicos, y en cierto sentido un acatamiento de las leyes universales.
Es una mezcla de devoción (azul) y sentimiento (rojo).